La ciencia ficción y la fantasía son géneros que han sobrepasado el interés que pueda llegar a suscitar el mundo en el que vivimos. Es cierto que la historia de la humanidad ha generado contenido de sobra para poder ser adaptado en los libros o en la gran pantalla, pero ello nunca ha cerrado las puertas a la imaginación de los creadores de contenido. Muchos podrían pensar que hay historias y leyendas ilimitadas en nuestro pasado y presente, pero hay veces que se nos queda corto. Para algunas personas como yo, la vida es demasiado aburrida y nos gusta sumergirnos en universos diferentes

Antes de comenzar a valorar sagas espectaculares o a desmenuzar los entresijos de novelas o ensayos relacionados con la ciencia ficción y la fantasía que hayan marcado mi vida, creo que es adecuado que conozcáis un poco sobre ella. Mi nombre es Marcos Hernández y me definiría como un enamorado de los universos de Star Wars y El Señor de los Anillos. Aunque suene extraño, creo que esos dos gigantes de la industria del cine son una buena forma de describirme a mí mismo y me definen muy bien. No solamente a mí, sino a ambos géneros de forma histórica, ayudando a crearlos y abriendo el camino a sus herederos.

Si al otro lado de la pantalla estáis de acuerdo, quiere decir que tampoco sois novatos en estos mundillos. En realidad, si habéis acabado en este blog, imagino que será porque estabais investigando sobre estos temas. Pues yo, Marcos Hernández, solo os pediré que me deis una oportunidad para demostrar mi amor y mi pasión por la ciencia ficción y la fantasía y que me dejéis compartir mis conocimientos con todos vosotros.

Una vida marcada por sagas

Actualmente soy un joven de mente abierta y me gusta todo tipo de cine y literatura, pero es cierto que creo que hay ciertos pilares muy importantes en mi vida que me marcaron por la época en la que nací. Mis padres tuvieron su primer hijo en la década de los 80 y cinco años más tarde, en 1992 llegué al mundo en pleno apogeo de la industria del cine y la televisión.

Mi generación fue de las primeras que comenzó a abandonar el hábito de lectura rindiéndose a las grandes superproducciones audiovisuales, pero mi familia siempre de evitarlo recomendándonos grandes sagas y novelistas. Es cierto que la trilogía original de Star Wars me cogió algo joven, pero justo se relanzó el interés de la saga debido a los episodios-precuela que estrenaron a partir de 1999.

También por aquel entonces estaban a punto de llevarse a cabo una de las mayores hazañas de la historia del cine, cuando Peter Jackson decidió sumergirse en el proyecto de El Señor de los Anillos. Mi padre me propuso leer los libros antes de que se estrenasen los largometrajes y disfruté cada minuto invertido. Otra adaptación fantástica con la que pude crecer fue Harry Potter, que alternaban las películas y las novelas. El universo fue madurando conforme lo hacían los protagonistas y, a su vez, conforme lo hacía yo. Sin lugar a dudas, una experiencia mágica.

Como podéis observar, soy alguien que disfruta de las buenas adaptaciones, siempre y cuando estén a la altura, pero evidentemente creo que hay que reivindicar el hábito de la lectura porque se sigue perdiendo año a año entre los más jóvenes.